Con gran expectativa, arribó al Campamento “Luz del Mundo” N° 1 en el municipio Papelón, procedente del estado Apure, el experto en piscicultura Martín Moscó.
Moscó, un técnico piscícola de 64 años de edad, que desde el año 1977 viene desarrollando su trabajo en esa área, jovial y lleno de optimismo, dijo haber llegado al complejo agroproductivo regentado por la Obra Evangélica “Luz del Mundo” por intermedio de joven abogado Yohanan Hernández, a quien conoció recientemente en un congreso afín.
“Yo conocí a este muchacho en un congreso y supe de esto, él me trajo y yo creo que este es un proyecto de Dios, para desarrollar la piscicultura en el país, no solamente aquí sino en el resto del país, por medio de la Iglesia Evangélica”, señaló el piscicultor Martín Moscó, al tiempo que agradecía a Dios por este nuevo reto que hoy asume con alegría.
El técnico en piscicultura, Martín Moscó ofrece su declaración a su llegada al campamento
Moscó, dijo haber prestado servicios al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) y también ha trabajado para el Ministerio del Poder Popular para Agricultura y Tierras y bajo sus conocimientos, una vez vista la realidad potencial existente en el Campamento, en un rápido recorrido por el área de piscicultura, el experto expresó su expectativa.
“Aquí están las instalaciones, posteriormente haremos una profunda revisión para ver todo lo que hay y con qué contamos, de ahí basaremos el desarrollo del proyecto a ejecutar, vamos a poner a funcionar todo, haremos una inspección de los animales para ver si están en óptimas condiciones para la reproducción, en base a eso fijaremos la fecha de inicio, de lleno”, indicó Martín Moscó.
Al ser consultado sobre cuánto tiempo estaría apoyando al Campamento en esa área, dijo que “todo depende del resultado de la inspección y del diagnóstico que arroje”; no obstante, según su rápida apreciación de lo que pudo observar a simple vista a su llegada, dijo ver todas las posibilidades, toda vez por la calidad de las instalaciones como laboratorio, peces reproductores y por supuesto la abundancia de agua y la buena disposición del personal de apoyo, con la infaltable bendición de Dios.
Redacción: José González
