Todo proceso que se desarrolla requiere de un tiempo para llegar a su fin. Sin embargo ¿A quién le gusta el proceso? a nadie, porque es fuerte el desierto, pero necesario. Puesto que, si se tiene una fe genuina, el proceso cambia la manera de pensar, la actitud y la manera de vivir, desechando lo malo y dejando que Jesús entre en nuestra vida.https://bit.ly/3v4bSnD
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